9/12/14

Bisi



    Hoy es el cumpleaños de una de las personas más importantes de mi vida, así que me vais a perdonar si mi entrada de hoy va dedicada a ella. A mi abuela, mi segunda madre.

     Esa mujer de la que soy extensión, de esa mujer a la que me parezco más que a cualquier otra persona de este mundo. Esa mujer que con solo mirarla sé lo que está pensando.



    Vengo de una dinastía de mujeres fuertes, ella es la primera de los robles que hay en mi familia, gracias a su ejemplo he podido descubrir que las tragedias pasan de largo, que los llantos se los lleva el viento, que con los silencios se dice más que con miles de palabras. Ella que ha perdido lo que más quería en este mundo, ella que encuentra hasta en los detalles más pequeños lo mejor de las personas.


     A veces la miro mirar, y sé que para ella no es fácil seguir aquí mientras muchas de sus estrellas la miran desde el cielo. Sé que ve en mis hijas retazos de lo que se llevó la vida. La veo mirarlas como juegan y le cambia la cara. 


     Yo siempre la voy a recordar en ese patio andaluz llevándole a su marido una cervecita una tarde de verano, mientras de fondo se escuchan los toros, siempre la voy a recordar como mi hada machuchina, o regañándonos por comernos la ensalada antes de tiempo. Siempre la voy a recordar coqueta, arreglada para el amor de su vida, para el que falsificó la fecha de su DNI para aparecer más joven que él. Siempre la voy a recordar con sus manías, esas mismas que yo he heredado. Siempre la voy a recordar dándole galletas a escondidas a mis hijas, o contándole algún secreto.


     Y aún me quedan millones de recuerdos más que almacenar, esos que aún no hemos vivido y que estoy deseando vivirlos a su lado.


     Aquí os pongo una canción que me recuerda muchísimo a ella.






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