13/4/15

Mi cochecito

     Ahora mismo vengo del taller, si del taller. ¡Ayyyy! Mi cochecito ya se está haciendo mayor y cada vez más lo tengo que llevar a su médico. El pobre sufre de pequeños achaques que yo pago diligentemente  para su buen funcionamiento. Y es que lo necesito.

     El pobre acaba de cumplir sus diez añitos. Muchos dicen que es la edad límite para jubilarlo, para cambiarlo por otro más nuevo, con mejores curvas, y espacioso. Un coche de mama que me permita llevar a tres personas detrás, e incluso si me apuras sumarle unas plazas más.


     Y yo me resisto, mi cochecito, comprado ya de segunda mano, con el que aprendí a conducir cinco años después de sacarme el carné, porque sí, en la auto escuela te enseñan a manejar un coche, pero para conducir necesitas experiencia. Y fue con mi pequeño coche con el que yo hice mis primeros rodajes, mis primeras columnas movibles, mis primeras cuestas horrorosas, mis primeros parkings clasustrofóbicos, mi primer accidente por un gato. Todas mis primeras experiencias con él.


      El problema que yo tengo es que no vivo en la ciudad, es que vivo en un pequeño pueblecito (como yo lo llamo) donde andando voy a pocos sitios. Si, tengo farmacia, y un covirán, y si me apuras hasta un parque. Pero ya está. Eso si, bares y cafeterías a puñados. O sea, que prácticamente cojo el coche cada vez que tengo que salir de casa. Porque además los autobuses que llegan hasta aquí no son muy a menudo. Y ya sabemos que con niñas pequeñas necesito un mínimo de autobuses, y no uno cada tres cuartos de hora. Aunque sé que si quisiera podría adaptarme, como lo hacía antes de no tener coche, con niñas es más complicado. Sobre todo cuando el cole no está aquí.


      Pero bueno mi pequeño coche, al que tengo completamente abandonado en cuestión de limpieza, si hablara me pediría que lo aseara más a menudo. Pero que pereza me da ir a limpiar el coche, es como ir a echar gasolina, lo dejo siempre cuando está al mínimo para volver a llenarlo otra vez. Y siempre pienso, creo que me da para un viaje más. Y es que mi coche, como supongo que el de cualquier madres está lleno de cosas por si acaso. Los paraguas, por si acaso, toallitas, por si acaso, pañuelos, por si acaso, una muda de las niñas, por si acaso, el carrito, por si acaso, aunque lo use en contadas ocasiones.


      Con lo que cuando lo tengo que llevar a limpiar, es ponerte a recoger en un pequeño cubículo, más que en tu propia casa, juguetes, botellas de agua vacías, gomas del pelo que tus hijas amablemente se han ido quitando y tirando por ahí. Si, ahora estaréis pensando que vaya mujer más guarra que no recoge las cosas que tiran sus hijas por el coche. Pero es que siempre que llego a casa, voy cargada de bolsas, chaquetones, mochilas del cole, y jamás consigo brazos ni tiempo para recoger lo que han tirado. Y pienso, mañana lo recogeré.


     Estoy divagando, y es que hablar de mi cochecito me hace divagar. El pobre lleva conmigo mucho tiempo y me da pena cambiarlo por otro, sé que me daría la amplitud que dos sillas de niñas me ha quitado, y sé que me daría más fiabilidad y menos arreglos, pero también me daría una letra preciosa que tendría que pagar todos los meses, y hasta que no publique mi libro y gane un premio Planeta o algo por el estilo, creo que el coche nuevo puede esperar.


Creo que si mis hijas eligieran, sería uno como este.

4 comentarios:

  1. Yo te recomendaría ganar otro premio, el Planeta está amañado y aunque tú escribes genial cunado hay tongo ya se sabe.
    Lo que cuentas yo lo he vivido, el coche lleno de botellas y trastos y cuando nos bajamos llevamos mochilas, bolsas de la compra y mil bártulos y dices, mañana, que vengo menos cargada pero un día por otro...
    Yo cambié el coche hace unos años y me dio mucha pena, el mío pasaba de los diez años y vivimos tantas cosas juntos, atesoraba tantos recuerdos en ese pequeño cacharro con ruedas, y la emoción de comprar uno nuevo nunca es equiparable al primero, además la letra pretenciosa se hace más pretenciosa aún, valga la reduundancia, que con el primero.
    Un besín y me ha encantado rememmorar estas cosas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay pues con razón los premios planeta no suelen gustarme. No, si algo les veía yo. Jejeje. En fin, que sí que el coche tendré que cambiarlo algún día, sobre todo por el espacio. Tengo uno pequeñito. Un besillo y muchas gracias guapa.

      Eliminar
  2. ¡Aiiix! Yo no tengo coche, la verdad es que me paso la vida en Bus ;P Con eso de que trabajo en una Ciudad que no es mi Hogar, me paso la semana fuera y me he acostumbrado a acomodarme entre sus brazos... De hecho, aprovecho para leer un montón de libros *-* ¡Eso es lo que más me gusta! ;)

    Y nada... Solo paso a comentarte para dejarte un ¡Super Saludo! Porque te leo y me sacas un Gran Sonrisa cuando dedicas tus entradas a este tipo de cositas. ¡Me encantan!

    ¡Besitooooos! ;)

    PD: Gracias por tus Palabras del otro día y por el apoyo *-*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Uff no sé como puedes leer en el autobús, yo me mareo hasta en el tren leyendo. Es una pena, porque me parecen horas perdidas que podría aprovechar.
      Gracias a ti por tus letras que son muy especiales. Un besillo muy grande.

      Eliminar

Deja tu huella. Me encantaría leerla.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.