5/10/15

El secreto de la avaricia





                Mi casa es un adosado en una urbanización en la costa de algún lugar de España. De esas que son todas iguales, pero separadas por sus muros. Tengo una piscina comunitaria en la que me paso todos los días de verano. Allí hablo y cotilleo con las vecinas de la urbanización, veo a los hijos de otras saltar en el agua y chapotear hasta la saciedad.

                Pero luego llega el invierno, y aunque, por nuestro clima, la piscina podría estar abierta durante todo el año, la cierran porque estamos deseando ponernos las botas y los pantalones largos, no vaya a ser que le dé por caer las temperaturas a bajo cero.

                Lo que más me gusta de mi casa es la tranquilidad. Durante el invierno todos vuelven a sus casas, todos menos yo. Que me quedo en mi casa de verano para siempre. Y es que mi casa es mi tesoro. En ella guardo todo lo que es importante para mí.

                Hoy os lo cuento porque no sabéis quien soy, ni donde vivo en realidad, gracias a la masificación en la construcción, casas como la mía hay millones. Tampoco os daré mi nombre, podría daros uno falso, pero, ¿para qué? Nunca me vais a llamar.

                Así que os contaré mi secreto, el mayor secreto que tengo guardado desde hace años, concretamente desde que tengo mi casa.

                Y es que cuando me la compré, sin hipoteca, empecé a hacer lo que más quería. Cuando entráis en ella, puede ser que no os fijéis, y no os deis cuenta de lo especial que es. Mi salón está cubierto por estanterías. No tengo televisión, solo libros. Libros de todas las épocas y de todos los géneros. Cualquiera que los vea podrá elegir alguno, porque seguro que hay uno que le llama la atención. Todos los he leído, y todos son primeras ediciones. Unas me han costado más que otras.

                El resto de la casa no se diferencia de otras casas que hay por ahí. Solo los entendidos podrán ver en las paredes, verdaderas obras de arte. Van Gogh, Monet, Picasso, Dalí, Rembrandt,… Todas ellas originales.

                ¿Qué cómo es posible? ¿Cómo una funcionaria como yo se puede permitir todos estos tesoros? El dinero mueve montañas. Y yo tengo mucho, solo os diré que soy una chica con suerte, hija única de unos padres muertos que amasaron una fortuna.

                Sí, mis padres murieron, una gran tragedia. Un accidente de coche, parece ser que alguien manipuló los frenos. La investigación se cerró sin encontrar al culpable. Dejando una niña huérfana de tan solo doce años.

                Pero bueno, ya os estoy dando demasiada información sobre mí. Solo quería deciros, que esa no es mi verdadera fortuna. Mi fortuna se encuentra en mi sótano. Cuando bajo las escaleras al piso inferior, el olor invade mis fosas nasales. Y yo me encuentro rodeada de primeras ediciones de libros que muchos dirían que deben estar en las Bibliotecas. El Quijote, El Libro del Buen Amor, El Lazarillo de Tormes (con el verdadero nombre del autor), Niebla,… Y montones más, que ni siquiera se sabe de su existencia.

                Tengo cuadros envueltos y enrollados, cuadros apilados, porque las paredes de mi casa no los aguantarían.

                Y todo es solo para mí y para mis ojos. Nadie ha entrado jamás en mi casa. Y nadie lo hará. Porque todo esto es solo mío, otros ojos no sabrían valorar el valor de mis reliquias. Y por supuesto nadie debe saber jamás que las tengo aquí guardadas.

                Me tacharéis de avariciosa, pero aquí no tengo ni la cuarta parte de lo que debería tener. Estoy en trámites con un museo, no os diré cual, para comprar tres nuevos cuadros. Al mismo tiempo, estoy en contacto con la Universidad de Salamanca, allí hay libros que tienen que estar en mi colección.


16 comentarios:

  1. Hay muchos tipos de acaricia y parece que la de tu prota es de tipo artístico. No deja de serlo, pero me parece más sana, o al menos más refinada, que otras. Ojalá encontrara su casa y me invitara a café para poder admirar todas esas maravillas!! :)

    Besillos de lunes, María :)

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    1. Sí,a mi también me encantaría ir a su casa, pero creo que no nos va a dejar entrar.
      Un besillo Hermana de Letras.

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  2. Me encanta!! Más que nada porque, tocaya de letras, tengo gran pasión por los libros. Yo siempre, desde que vi de pequeña La bella y la bestia, he querido tener en mi casa una sala de biblioteca para guardar apuntes, libros... :) Además también me encanta el arte (di historia del arte en segundo de bachillerato y me encantó).
    Sigue así.
    Un abrazo grande! <3

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    1. Me alegro de que te haya gustado. Visto así, la avaricia no es tan mala, ¿no?
      Un besillo.

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  3. Yo tb quiero ser avariciosa en ese sentido y apilar miles de libros!!!! Besitos Maria!!

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    1. Jajajaja, yo la verdad es que ya los apilo, aunque me faltan muchíiiiisimos.
      Un besillo.

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  4. Coincido con el resto María, me encantaría tener una habitación llena de libros, no soy avariciosa pero si soñadora!! Jeje
    Besin ;)

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    1. Libros, libros, y más libros. Nunca hay suficientes.
      Un besillo.

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  5. Me ha gustado mucho María, este personaje me parece menos "creído" que el anterior. Pienso como Julia, es avariciosa, pero de otro rollo, más artística. A mi me gustaría un salón como el suyo, sin duda, jaja. Un abrazo y a esperar el siguiente pecado! ; )

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    1. Yo creo que a la mayoría nos encantaría. Ese tipo de salones son especiales.
      Un besillo.

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  6. Aunque tenía pensado no comentar tus relatos sobre los pecados capitales hasta que estén todos escritos y los haya podido leer (por ahora voy al día), sí que a modo de alto en el camino me he animado a compartir mis impresiones. Sin duda una ventaja de una persona adinerada es poder aglutinar con avaricia lo que otras sueñan pero no pueden permitirse. Por un momento al contar el accidente de los padres he visto un ramalazo de..casualidad al ser un fallo de frenos y una niña avariciosa... jaja.

    ¡Un buen relato y un beso!

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    1. Uy, sí, que casualidad, ¿no? Jajajaja. Pensaba que no se había dado cuenta nadie...
      Un besillo.

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  7. Vaya María, a veces me haces dudar de tus historias, ¿existe la protagonista?

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    1. Qué yo la conozca, no. Sí que tiene algo de mí, como todos los personajes que creo, pero no soy yo. Jajajaja. Auneu para que mentirte, me encantaría tener su sótano.
      Un besillo.

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  8. Imaginación al poder, sí: y los libros y la vida

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    1. Muchas gracias, Luis. Cuánta más imaginación mucho mejor.
      Un besillo.

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